El manual de la CEF contra el antisemitismo cristiano.

31.05.2023 | RD/Agencias

1-6-23. La Conferencia Episcopal de Francia (CEF) presentó el martes un «manual», que a partir de la enseñanza de la Iglesia busca ser un «instrumento» para «deconstruir los lugares comunes» que han alimentado «el antijudaísmo cristiano».Titulado «Deconstruir el antijudaísmo cristiano», el manual trata de responder en 20 capítulos a los «lugares comunes usados durante siglos y que alimentaron sentimientos hostiles y humillantes hacia los judíos», según la CEF.

Pero es un «instrumento muy importante», que facilita «retomar los prejuicios habituales usados», apoyándose en la enseñanza de la Iglesia desde hace 60 años, y especialmente después del concilio Vaticano II», dijo.

Entre los lugares comunes, figura por ejemplo la idea de que los judíos serían el pueblo «deicida». Una acusación que «no halla ninguna justificación en las Escrituras», recuerda el manual.

El manual fue elogiadopor el gran rabino de Francia Haïm Korsia, quien en el prefacio ve ahí «una demostración de fraternidad». «Luchar contra el antijudaísmo es también por supuesto luchar contra el antisemitismo».

Moché Lewin, vicepresidente de la Conferencia de los rabinos europeos, sugirió en la conferencia de prensa realizada en la sede de una de las instituciones judías, el Fondo social judío unificado, que la obra se traduzca «a todas las lenguas».

COMENTARIO

La incitación al odio contra los pérfidos judíos, tal como fueron tildados por la Iglesia, propagó un trato vejatorio contra los judíos en la Europa cristiana durante veinte siglos, extendiendo el antisemitismo. El vaso antisemita se fue llenando de odio hacia los judíos desde los inicios del cristianismo, por considerarlos responsables de la muerte de Cristo y, por tanto, deicidas, sin ningún fundamento histórico. Fue cuestión de tiempo que ese odio acumulado durante siglos por el cristianismo se desbordara cuando Hitler y los nazis alemanes iniciaran una trágica persecución genocida contra los judíos esparcidos por la Europa ocupada, hasta llegar al Holocausto.
El antisemitismo fue uno de los pecados más graves que cometió la Iglesia en toda su historia. Varios países europeos expulsaron a los judíos de sus territorios antes de que lo hicieran los Reyes Católicos en 1492 ; los sefarditas, por provenir de Sefarad (España). Los judíos que se quedaron fueron obligados a convertirse al cristianismo, siendo víctimas frecuentes de la Inquisición ante la evidencia o sospecha de ser “falsos conversos”.
«Silencio cómplice con los nazis». Así definen muchos testimonios la actitud de Pío XII frente al exterminio de judíos durante la II Guerra Mundial. Hay pocas dudas sobre la pasividad del Vaticano frente a la barbarie de los nazis entre 1939 y 1945. Hay que recordar que Pío XII no hizo ninguna condena explícita de la persecución de los judíos. El papa Francisco ha abierto una investigación para saber si Pío XII tuvo connivencia con el nazismo.
Fue el Concilio Vaticano II quien prohibió tratar a los judíos de pérfidos. Sin embargo, todavía no ha llegado una declaración del Vaticano reconociendo ese gran pecado secular de odio y hostilidad contra los judíos.
Celebro que La Conferencia Episcopal de Francia (CEF) haya presentado un «manual» titulado «Deconstruir el antijudaísmo cristiano», que trata de responder en 20 capítulos a los «lugares comunes usados durante siglos y que alimentaron sentimientos hostiles y humillantes hacia los judíos».
Con ese manual , la CEF se ha dado un gran paso de justicia hacia los judíos, que debería ser asumido por el Vaticano para convertirlo en una declaración universal y no solo nacional.
¿Por qué la Iglesia es extremadamente lenta en reconocer sus gravísimos pecados como ha sido el caso del antisemitismo? Pecar es humano, pero mantenerse durante siglos en el pecado del odio es diabólico.
La explicación de ese comportamiento creo que se debe a que la Iglesia carece de una firme autocrítica reparadora de sus pecados y errores en un tiempo breve , sin esperar que pasen los siglos, a pesar de considerarse la portadora y transmisora del Evangelio.
 José Melero Pérez.

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